En algún lugar de la jungla nacía
nuestro inusual héroe, era un espacio abierto, de los pocos en los cuales se puede
ver el cielo desde el piso de la selva. Aquí fue cuando Chak vio por vez
primera el mundo.
Siendo el cuarto en nacer,
su familia nunca tuvo muchas esperanzas en él, no todos los días una mamá Jaguar
tiene cuatro cachorritos y Chak parecía ser muy pequeño y raro como para heredar
el Reino del Jaguar.
Chak era chiquito; pero esa
no era su principal diferencia, él en lugar de tener pelo dorado con manchas
negras, tenía ¡pelo negro con manchas doradas!
Los primeros días de vida de
Chak los hubiera pasado muy solito, de no haber sido por Zambo, su mejor amigo.
Zambo era un Mono Aullador, que también tenia cosas diferentes, como caminar
casi siempre en dos patas y preferir hablar en voz baja que andar gritando;
pero su familia siempre lo apoyó y le hizo saber que aunque distinto sería
querido y especial.
Las cosas eran muy diferentes
en la vida de Chak, ninguno de sus hermanos quería jugar con él, cuando había
que hacer equipos, lo escogían al último y siempre se reían de él por su pelo
“invertido” y lo chiquito que era a su edad.
Chak no entendía cual era el
problema, “si tengo cuatro patas, cola, colmillos, orejas, soy dorado y negro”
decía, “¿Por qué dicen que soy diferente a los demás?”
Y la verdad es que sí lo era,
Chak tenía habilidades que lo hacían especial, él podía lograr cosas que solo Jaguares
legendarios podían, como saltar casi tan alto como un pájaro vuela y tener
compasión por todas las criaturas.
Los días de Zambo y Chak
eran bastante aburridos, estos pasaban entre hacer tareas, ir a la escuela y el
ocasional viaje a la choza de un Medico Quetzal para recoger las medicinas de
los demás.
El resto del tiempo jugaban
y soñaban que eran grandes exploradores, guerreros invencibles ó sabios capaces
de cambiar al mundo; pero también algunas veces debían esconderse de las
molestias de los demás Jaguares que siempre buscaban hacerlos sentir mal.
Chak no entendía por qué
perdían el tiempo en cosas tan feas como molestarlos, no podía ver el punto,
cuando él, lograba más mostrando respeto y una sonrisa sincera.
El tiempo pasó y el otoño había
llegado, no que haya mucha diferencia en la verde selva, solo que las lluvias
del verano terminaron y ahora tenían más tiempo para divertirse explorando y
jugando.
Jugar a ser aventureros era
algo que Zambo y Chak hacían muy seguido. Tan concentrados estaban un día, que
no se percataron que tan lejos estaban del área de juegos, hasta que una voz
que parecía muchas voces les dijo:
-Niños, no avancen más,
vuelvan a casa, no salgan de la Jungla, es peligroso, vuelvan con sus madres y
hermanos, a ser felices... –pero Chak interrumpió:
-Felices, dices, voz
misteriosa; el volver a casa no nos hará más felices
-Pequeño Chak –contesto la
voz -haz caso de alguien que ha vivido mas que tú, respeta a tus mayores, no
por viejos si no por sabios. –dijo, bajando de los arboles.
La voz era de Yaaxy el
Medico Quetzal, si nunca has visto un Quetzal, imagínate un ave color verde;
pero ahora agrega destellos de todos los colores del arcoíris y dorado y plata
bajo el sol. Yaaxy tenía dos plumas muy largas en su cola y una bella cresta de
plumas amarillas, su pecho cubierto por cientos de plumas color rojo carmesí.
Pero su mirada no era tan
alegre como sus colores, los Quetzales viven muchos años y Yaaxy ya había vivido más que nadie de su
especie. Esto lo había hecho sabio, solitario y rudo; pero compasivo y deseoso
de enseñar. Lastima que muchos jóvenes no quieran escuchar a sus mayores, tienen
tantas historias que contar, que podríamos escribir millones de cuentos como éste
que lees ahora; pero volviendo a la historia…
Chak pregunto por qué no
debían seguir, no para desobedecer; pero como sabrás bien los gatos son muy
curiosos. A esto Yaaxy le contesto que salir de la jungla no es un juego y que
solo los que están dispuestos a grandes retos deberían intentarlo, con la única
intención de crecer en el interior. Les contó que en lugares lejanos hay muchos
animales, muchas costumbres diferentes y que a veces es mejor quedarse en casa
y en paz.
Chak pensó que a ellos nunca
les había ido bien en casa y que sería bueno viajar y conocer criaturas y lugares
diferentes, como “La Tierra de los Valles y las Montañas”.
Pero su miedo era mas grande,
no quería abandonar la seguridad de la Jungla y pensaba que igual en otros
lugares también se burlarían de ellos.
Yaaxy viendo en Chak su
dilema, les dijo: “pequeños niños, ustedes nunca me habían visto; pero yo
siempre los he ayudado, con medicinas, cuidados y sabiduría. Ahora pienso que
tal vez, si están preparados, es el momento de que ustedes me ayuden. Si están
dispuestos y su valor es suficiente, podrían venir conmigo a conseguir ‘El Agua
de los Ancestros’ en un viaje a tierras lejanas y desconocidas”.
El Agua de los Ancestros, les
explicó, es un liquido mágico que puede conceder el deseo mas profundo de tu
corazón, seguramente estas pensando que pedirías Tú; pero debes saber, como en
ese momento Chak y Zambo descubrieron, que el Agua de los Ancestros no concede
deseos materiales y no hace realidad nada por lo que no estés dispuesto a dar
tu mayor esfuerzo.
A los dos amigos esto les emocionó,
Chak se imaginó siendo el Jaguar más grande, fuerte y confiable. Zambo se veía enseñando cosas importantes
sobre la vida y el mundo a todos en la Jungla. Tan emocionados estaban que no
se dieron cuenta que sus patitas ya habían decidido avanzar cientos de metros
fuera de su hogar con Yaaxy riendo y volando sobre sus cabezas.
Pasaron días viajando y las
sorpresas seguían apareciendo, conocieron ciudades grandes y chicas, unos monos
sin pelo que los alimentaron, otros que trataron de capturarlos; pero la mayoría
los veía con una mezcla de temor y asombro.
Una tarde mientras
transcurría su viaje, el anciano Yaaxy parecía mas cansado de lo normal, en
días anteriores se le había notado triste, sus plumas habían perdido brillo y
su canto no era tan hermoso por las mañanas. En varias ocasiones tanto Chak
como Zambo, preguntaron si necesitaba algo, si quería volver y dejar todo
atrás, pero Yaaxy siendo medico, solo volaba y juntaba unas cuantas plantas y
semillas, las cuales comía y decía sentirse mejor. Sin embargo, en esta ocasión
ninguna medicina parecía ser suficiente para levantar su espíritu.
Preocupados decidieron
cargar al Medico Quetzal hasta algún lugar seguro y buscar ayuda; pero Yaaxy se
los impidió…
-Niños, no se molesten. –Les
dijo Yaaxy agotado –no hay ayuda para mí, no hay medicina suficiente, es hora
de viajar al cielo eterno del cual no se puede regresar.
Chak no entendía nada; pero
su guía y maestro de muchos días continuó.
-Durante todo este viaje he
tratado de ser su maestro y protector, pero en verdad se han convertido en mi
mas amable compañía, la mejor que he tenido, sin darme cuenta se volvieron lo
más importante para mí –les dijo con débil voz…
-Ustedes recuperaron algo
que pensé estaba perdido para siempre, mi confianza en los demás y la emoción
de una última gran aventura. Ahora, antes de partir, quiero pedirles que sigan
su camino, que no desistan, avancen, corran hacía la Tierra de los Valles y las
Montañas, busquen el santuario protegido y obtengan el Agua de los Ancestros,
no se rindan, cumplan todos sus sueños y cuando lo hagan, vuelvan y pasen lo
aprendido a todo aquel que quiera escucharlos… adiós, niños míos, el camino
será difícil; pero sé que podrán lograrlo… hasta siempre… los… quiero…
Y tras decir esto Yaaxy dejo
salir un pequeño silbido, cerró los ojos y no despertó nunca más.
A Chak y Zambo los invadió
la tristeza más grande que se puedan imaginar, no querían comer, levantarse, ni
mucho menos continuar con su viaje; pero el recuerdo de las ultimas palabras
del Quetzal resonaron mas fuerte en su interior y con mucho esfuerzo siguieron
de nuevo su camino.
Pasaron varias semanas de
caminar con tristeza y en silencio, hasta que llegaron a un gran Valle, rodeado
por montañas altas de picos nevados y bosques de pinos. El clima era frio,
parecía que el invierno estaba por llegar, aunque ninguno de ellos había vivido
uno, tanto tiempo así habían estado
viajando en busca del Agua de los Ancestros.
Esa mañana llegaron a un
edificio antiguo, tan antiguo como muchas de las piedras con dibujos que se
asoman en la Jungla de donde venían.
Fue así como supieron que
estaban cerca de cumplir todos sus deseos…
Recordemos que el Agua de
los Ancestros no concede ningún deseo por el cual no estés dispuesto a dar tu
mayor esfuerzo y ellos no eran los únicos buscando este tesoro.
A la entrada del santuario
estaban los animales mas extraños que ninguno de ellos hubiese visto, de lejos
parecían ser perros; pero ninguno de ellos tenía pelo, salvo uno, el más grande
y temible tenia solo un manojo de pelos blancos sobre su frente.
Al ver a nuestros héroes,
este perro de nombre Chemo gritó: “Banda de los Xolos ¡Firmes!” e
inmediatamente todos los perros voltearon y empezaron a ladrar y enseñar sus
colmillos. Chak dejo salir un nervioso rugido; pero decidido, avanzó hacia la
jauría.
Ya frente a ellos Chemo a la
cabeza del grupo se acercó amenazante… Para su sorpresa, cuando abrió la boca
salió una voz calmada, noble y amable. Chak y Zambo tratando de recordar lo
temibles que les había parecido al principio y sin reírse comenzaron a
contarles de su viaje y como habían perdido casi toda la esperanza con la
partida de Yaaxy.
Chemo y su banda de los
Xolos les contaron el porqué de su presencia. Empezó diciendo que al ser
“pelones”, eran rechazados por todos los perros. Que su grupo sabía que en el
pasado se les consideraba grandes animales y tenían un lugar privilegiado; pero
ahora eran vistos como perros “feos”.
Continuó diciéndoles que
estaban en el santuario para recuperar su gloria, que solo bastaba con ver las pinturas
del templo, para darse cuenta del orgullo de sus antepasados y que las
diferencias que eran para algunos una carga, para ellos era el motivo que los
hacía tan inigualables. Dueños de la tierra de sus antepasados y fieles protectores
de su tesoro, el Agua de los Ancestros.
Chemo bajo la cabeza por un
rato como pensando y con un chasquido de su hocico indico a su grupo que los dejara
pasar. Chemo decidió que Chak había pasado la prueba, demostrando el valor
suficiente para luchar por sus sueños al continuar con su viaje, aun después de
perder a alguien tan importante para él, el líder de los Xolos creyó firmemente
que el par de amigos merecían el Agua de los Ancestros.
Así con el permiso de sus
guardianes entraron al santuario y ahí tras pasar varios pasillos, llegaron a
una recamara con muchas y muy hermosas pinturas que mostraban Águilas,
Serpientes, Xoloitzcuintles (perros como Chemo) y Jaguares.
En el centro de la recamara
un pedestal tenia en su tope una vasija de barro negro y en su interior su
recompensa, el preciado, codiciado y mágico… vacío.
-¿Vacío? -dijo Zambo – ¿es que se la han llevado toda?
–continuo con sorpresa y decepción; pero antes que pudiera decir algo más, apareció
Chemo por un pasaje secreto y les explicó que el Agua de los Ancestros era una
leyenda, creada como un premio misterioso para que aquel que estuviera
dispuesto a luchar con fuerza por lo que desea y mientras la buscaran, lograran
alcanzar sus sueños.
Tal como Chak hizo durante
todo el viaje, probando que esta lleno de fuerza, valor y confianza, que era
todo lo que soñaba ser; pero sobre todo aceptación por lo que lo hace único,
aunque sea un Jaguar como todos los demás.
Nuestro confundido héroe
guardo silencio y después de un tiempo de estarlo pensando, entendió todo, Yaaxy nunca les mintió, todo
se los dijo desde un principio, el Agua de los Ancestros no concede ningún
deseo por el cual no estuvieses dispuesto a darlo todo, sus sueños de ser grandes
guerreros, exploradores y sabios se cumplieron durante el viaje a la Tierra de
los Valles y las Montañas.
Chemo les dijo que tenía un
regalo más para ellos antes de que volvieran a su hogar, les dio algo precioso,
un “Consejo”, Tú sabes que es un consejo ¿verdad?; pero Chak nunca había oído uno
y lo escucho con toda su atención. Chemo les dijo que a su regreso tuvieran mucho
más cuidado, que al entrar el invierno, surgen muchos peligros, animales
hambrientos pueden verse tentados a hacer daño para sobrevivir y que siempre
tuvieran la mirada al frente, otra atrás y una al cielo…
Chemo tenía razón, los
animales tenían hambre, otros estaban en sus madrigueras y no saldrían hasta la
próxima primavera, muchas aves volaban frenéticas hacia el sur, parando solo
para descansar un poco y tener fuerza para cazar a sus presas.
Y el consejo les fue útil
casi de inmediato pues al salir del santuario la banda de los Xolos estaba
siendo atacada por una Halcón Peregrino, Xica, era su nombre y se le veía tan
hambrienta que estaba dispuesta a enfrentarse con una jauría tan grande como la
de los Xolos.
De pronto cayendo tan rápida
y fría como granizo en una tormenta, Xica tomo con sus garras al más pequeño y
desprevenido del grupo, abriendo sus alas al máximo comenzó a aletear y
elevarse pensando que la cena estaba servida; pero al instante, un destello de
negro y dorado le arrebato al cachorro de sus mortales garras ¡Era Chak! Que
pegando el salto más alto de su vida logro salvarlo. Ya en el suelo Chemo
impuso el orden y los demás perros tomaron formaciones defensivas ante los
constantes ataques de Xica, que no podía rendirse para conseguir su comida.
El Jaguar saltaba de un lado
al otro cuidando a todos, Zambo gritaba como loco y aventaba piedras y los
Xolos lanzaban mordidas feroces cada que Xica intentaba tomar a uno de ellos…
La lucha parecía no tener fin
hasta que el viento trajo consigo el canto de una ave, eran como muchas voces
al mismo tiempo, un coro celestial y a la distancia Chak y Zambo vieron la
silueta de su querido Maestro Yaaxy.
El canto desconcertó tanto a
la Halcón, haciéndola creer que había refuerzos desde el aire que mejor decidió
huir. Justo cuando se fue, Chak busco en el cielo a su amigo; pero no pudo ver
a nadie, el canto había terminado, volteo a ver a Zambo y no necesitó decirle nada,
los dos sabían que desde el cielo alguien siempre los cuidaría.
Tras lo ocurrido y ya en
calma, empezaron a despedirse de todos en el Santuario, Chak y Zambo regresaron
a la Jungla donde contaron todo su viaje, les explicaron a todos que aunque hay
diferencias, al final, todos somos parte de un mismo mundo y que todos al ser
iguales por dentro, tenemos derecho a ser felices, que las costumbres no son
malas, sino parte importante de lo que es un grupo inigualable y orgulloso de
sus tradiciones.
Les enseñaron que no se
necesita magia para alcanzar los más grandes sueños, solo mucho esfuerzo y
dedicación, que todo es posible si tienes el valor de intentarlo y que no se
necesita cambiar lo que uno es, para ser querido y respetado por los demás.
Las demás criaturas se
dieron cuenta que Chak a pesar de su edad, se había convertido en un Jaguar
sabio y valeroso, tal como los Jaguares legendarios en las piedras antiguas y a
partir de ese día se convirtió en un ejemplo y líder para todos.
Así es como yo me aprendí su
historia, Chak se volvió tan importante, que nuevas piedras se hicieron
contando su vida; pero lo importante no es saberse el cuento si no aprender de
el… Y dime… ¿Qué aprendiste Tú?...
FIN