sábado, 30 de junio de 2012

La Vie au Chocolat

Esto duele, es punzante, me atraviesa.

No veo el como la vida llegó a ser esto, mendigar amor, clamar por paz.

Sí el cielo en que hoy tú estás es el mismo cielo en que hay paz ¿Por qué yo no puedo verlo? ¿Por qué yo no puedo estar?

¿Como nos convertimos en animales? En seres idiotas y ambiciosos.

¿No vemos acaso en los otros nuestro propio rostro?

Transparento mi pensamiento, lo libero de colores alternos. Veo el mundo y no lo creo, esto no puede ser tan gris.

La gente se devora en las calles, los niños ven a sus padres morir, la vida no les ofrece nada, no hay forma digna de existir.

¿Y los demás?

A lo lejos, distantes esclavos de números y tendencias, encajando sus garras en quien pueda ó en quien no sepa que hay algo diferente a que acudir.

Bestias traga bestias, sus estómagos son simas, abismos sin final, no hay forma de llenarlos, su poder radica en siempre querer más.

Y es que no veo esperanza, no veo un final, la justicia lenta se escapa, se pierde retorcida. La gente grita, reclama, llora y al final, sólo pierde la ilusión.

¿Que remedio hay? ¿Existe solución?

Tal vez yo nunca lo sepa, tal vez no presencie el cambio, más que cambió evolución, la revolución del pensamiento, un vuelco del corazón.



viernes, 29 de junio de 2012

A mi ciudad.

Con fuego y humo regresas, violencia a mi ciudad, por tus calles juegan los niños, a ser verdugos.

Disparos de rabia y venganza, sangre corre en tus banquetas, vidrios rotos, concreto destruido.

Gente con la piel quemada, sus ropas rasgadas, armas y más armas.

El que paz busca, no la encuentra aquí, más que en forma de bala perdida en tan sangriento fin.

Otrora bucólico lugar, gran ciudad te decían. Hoy no eres más que cementerio de mentiras.

Tu silencio es ensordecedor, nadie habla, nadie grita. El sonido de las balas el lenguaje oficial.

Te conocí inocente, en tus calles podía vagar, en las noches había gente en sus sillas saludando a los demás.

Hoy de noche no hay almas, sólo seres de muerte y ambición, llenos de demencia química, muerte violenta, muerte y dolor.

Verte hoy encoge mi espíritu y engrandece mi pesar, no eres tú a quien conocía, no eres tú mi viejo hogar.

Te arrebataron de las manos de tu gente, te secuestraron y torturaron, mueres lentamente... ¿O estás muerta ya?

Nuevo Laredo querido, como extraño ese lugar...



miércoles, 27 de junio de 2012

Erato

El grito de la flor que es tu boca, sonoro en mis adentros, cual cigarra de madrugada, taladra mis entrañas

Tengo hambre de ti, de tu pan perfumado, de tu vientre de vainilla que es cura y amuleto en mi andar por este mundo.

Deseo desmedido, que inicia silencioso, como nota tímida, igual a ventisca de otoño, tranquila, silenciosa.. pero a veces es súbito, rápido y vertiginoso, se transforma en huracán, en torrente incontrolable que halaga y duele.

Desistir del júbilo saboreable que es relatarte, es para mí, como frotar el cuerpo en contra del serrado borde de la razón.

Eres mi musa y mecenas, eres fuente inagotable de sabiduría y vórtice de mi soledad.

Llegaste sin avisar, con tus ropajes de noche y madrugada, con tus labios y su sereno tremor, extraña aparición de mis días tempranos.

Lastimada y aguerrida, altanera y frágil, deseosa de atención y soledad.

Te soñé, te sueño y te realizo. Te aprisiono y en tu cautiverio pareces felíz.

El cruzar de las sendas que nos pertenecen, era destino casual, convertido en historia escrita. Llegué para ti y en mí te encontré y cuando te encontré jure no dejarte ir.

Cuanto tiempo me quede en este plano a tu lado, no será suficiente y cuando las aguas del olvido mezclen mis cenizas con arena y sal, gritaré tu nombre...


lunes, 25 de junio de 2012

Pesadilla de una Tarde de Verano.

Cuatro ríos dibujan su cause, cuatro de cada lado a izquierda y derecha, tras la meseta magenta, en perfecto paralelismo van.

Es este sueño invasivo, intruso, obsesivo, se retuerce, da giros y barrena mi cerebro.

Quiero dormir y de los horrores del día descansar, escapar dé los tormentos, morir un poco por las noches y por la mañana poder vivir.

Cansado escribo mis desvaríos, en alucine natural. Neón en mis ojos, impresión luminosa, sonidos animales resuenan en mi.

Tarde, día, noche, mañana, noche, atardecer, atemporal sentido del tiempo. No hay luz; pero acaso sí la hay?

Corro, me caigo y al caer me elevo, ahora floto y caigo otra vez y esta vez caigo hacia el cielo, cielo que sostiene mis pies.

Catorce gatos mastican sus colas y no en sentido literal, mientras comen ríen y maúllan, ríen de mi pesar.

Cuando duermo sueño cuentos y me quiero despertar y despierto no los recuerdo; pero a veces es mejor olvidar. Sí escribiera todo lo que sueño y pienso al amanecer, catorce más uno comerían colas de gato sin parar.

Dos y cuatro, Dios y cuantos, nada tiene sentido para el qué no puede dormir y el dormido por la vida mi canto quiere oír.

Sueño o poesía, pesadilla o inspiración, imaginación desmedida desprendida de razón. Pienso, escribo e imagino, sueño, vivo y alucino.

Leo y no lo veo, sentido o razón. Y si escribo todo de nuevo y hago una canción?

Pon el dos en el siete y el siete con el cinco, duerme y siente tus dientes colas de gato morder.

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Para leer más
La Casa de Asterión.
Gracias a @QuestoyQueLotro
por el link al texto de
Jorge Luis Borges citado arriba.


domingo, 24 de junio de 2012

Luz de Faro en el balcón.

Desde el balcón de mi cuarto de hotel donde me acompaña la soledad, la distancia hasta tí se siente aún mayor.

Las hojas de la palma de enfrente se dejan caer suaves, hojas hechas sombrilla. Llueve desde hace unas horas. 

Y sobre la penumbra, que a este tiempo son las calles, se asoma oscilante la luz del Faro incansable.

Si mi oprimido corazón fuese libre de la jaula que es mi pecho, si rompiese mis costillas en un crujiente frenesí, el agua con temor se alejaría para evitar en vapor morir.

Te extraño, lo hago con vehemencia, veintidós horas de camino nos separan. El funeral de mi abuelo es mañana.

Es el final de una muerte anunciada; pero la sorpresa es mi presencia aquí. Nunca conocí al hombre, solo justo antes de morir.

Las fronteras nos alejaban desde entonces, las distancias solo fueron a aumentar, la idea que jamás podría tranquilo verte, sin temer a tu partir.

Cuándo ese Faro en verdad será el guía? Cuándo podré volver a tí? Esta noche y madrugada de amargura, es la duda que ahuyenta un tranquilo despertar.

Hoy los años han pasado, hoy a un lado estás de mí...

Aquella madrugada adolescente vuelve en imágenes tras mis párpados, con la bruma densa y obscura, veo el viejo Faro para siempre detrás de mí.


viernes, 22 de junio de 2012

De vuelta al Mar

Quiero ser árbol, quiero ser caballo, quiero con la brisa despertar.

La voz del océano al final me llama con su aliento cargado de sal.

Nací siendo niño del valle y un buen día la mar me invitó, a en la arena dibujar mis pasos y mi tes curtir al sol.

Quiero ser duna y caracola, volver a tus aguas probar, sumergirme en tu cuerpo y en otras costas y a la deriva despertar.

Tierno y joven te conocí, contigo mis primeros pasos tome y en tus tierras aprendí, acerca del difícil sabor de la libertad.

Sólo exploré tus olvidados senderos y sin buscarlo tu costa encontré, de bugambilias y mangos tu escencia, húmedo y ruidoso tu amanecer.

Renuente me llevaron ante tí, tierra que no es mujer; pero como a una llegue a amar, como a una te fui a perder. Cuando lúgubre se tornaron tus días, horrible vi mi tiempo de partir.

Ya nunca quise dejar tus aguas y en ellas vacié mi fe, fe que para siempre vi perdida, pérdida a la que mis lágrimas regalé. Fácil rodaron éstas por mis mejillas y como esteros su caudal en tu todo por siempre vertiré.

Hoy que siento mis últimos días venir y pasar, con la inevitable marea, mañana a tí deseo volver, quiero ser árbol, quiero ser caballo, para frente a tus costas dormir y al fin morir de pie.


jueves, 21 de junio de 2012

Canción Nocturna

Y así al final del día, viendo al sol bajar tras la maraña de nubes, sentí el deseo de cantar, sentí el deseo de elevar mi voz y desgarrar mi garganta.

Gritar los tonos de la vida y sentir cómo en resonancia perfecta nuestras almas se unían.

Era tarde ya, pero bien iluminado estaba a la salida del túnel donde te esperaba.

La muerte estaba fresca en tu alma y el dolor de la misma permeaba por tus poros; pero en camino a nuestro encuentro estas.

Deja que los muertos estén muertos.

Es tarde, ya no hay vagones, el sendero a mi cuarto es imposible de recorrer.

En donde espero mucha gente veo pasar, el viento es frío, los padres arropan a sus hijos y yo cantando veo mi aliento círculos formar.

Unos me ven con gracia, otros más con temor, la visión de un hombre en el suelo sentado que sin pena canta al amor.

Y amor es lo que espero mientras observo él reloj, pasada la media noche el cielo hace segunda a mi voz. Tormenta nocturna llena de truenos y susurros.

Ciño a mí cuerpo mí delgado abrigo, más de cuatro horas he estado aquí, sin fin de personas llegaron y se fueron, incluso el canto del viento se ha ido a dormir.

Y después de un tiempo tú rostro veo surgir, de entre las filas de gente viajando. Tu cara es tú nombre, mí amargo y dulce amor.

Tomo tu bagaje de prendas y dolor, tu cuerpo es mi cuerpo, mí canto a tí llegó.

Tus labios de dulce y sal tiritan por llanto y risa. Ven a mis brazos niña mía y en tu oído dejaré mi canción, caminemos juntos en la noche, encontremos un refugio para dos.

Yo curaré tu duelo mientras tú alivias mi solitario corazón. Y ya de noche juntos cantemos, cantemos al amor.


Soneto a mí Luna

Mi dedo frío viaja por tú espalda.
Viajando como gota de rocío.
Tu piel blanca tiembla ya de deseo.
Y mi mente arde con dolor febril.

Fresca hoja natural tu dulce piel.
Llora por agua de lluvia beber.
Yo desierto con sed busco tú ser.
Al fin estas aquí oasis fugaz.

Mi enferma alma te busca sin parar.
Buscando la cura a este dolor.
Calma mi locura amada mujer.

Noche obscura llena de sueños turbios .
Ruego al cielo por tu pronto volver.
Luna mía, razón, amor y cura.


miércoles, 20 de junio de 2012

J.

Tres eran las noches que J. no dormía y tres eran los años que habían pasado sin probar una gota de alcohol.

Todo eso estaba por cambiar...

Decidido a tirar a la basura los años de buen comportamiento, se dispone a limpiar el arma que su padre le obsequió.

Su padre muy parecido a él, un hombre robusto y endurecido por el campo de batalla, tras ser dado de baja honorablemente del ejercito después de la primera guerra del Golfo, le regaló la Beretta M9 que hoy acompaña en su decisión a J.

El arma que había sido de edición estándar para las Fuerzas Armadas desde fines de los 80s, nunca fué disparada por su padre y en el cargador aún estaban las quince balas 9mm con que le fué entregada.

"Que importa sí nunca se ha disparado, la balas no tienen fecha de caducidad". Pensó J. tratando de soplar el polvo acumulado en el receptáculo del cargador.

Con la pistola cargada sale de su cuarto y camina los cuatro miserables pasos hasta el baño de su departamento.

La mayor parte del lugar denota su situación actual, envases vacíos de comida instantánea pueblan el resquebrajado piso, la mesa de la sala esta cubierta de ropa sucia y ni hablar de las cortinas que desde hace más de diez años no se han lavado.

Situación muy diferente la del baño, éste esta inmaculado, cada azulejo limpio, cada borde tallado con la atención que solo puede provenir del seno de  una familia militar ó de la obsesión de alguien preocupado por las infecciones.

J. se acerca al depósito de agua de la taza de baño y levantando la tapa mete la mano para tomar la botella de whisky que decidió no beber hasta que llegará el fin... y éste ya esta aquí.

Los modales no importan, con los dientes rompe el sello de la botella y con el resto de la boca la destapa. De inmediato su garganta se humedece con el ardiente sabor de los granos y su cuerpo recuerda al instante el viejo hábito. Sin pensarlo media botella estaba en sus entrañas para cuando la separó de sus labios.

Ahora entumecido; pero conciente de sus actos se aproxima a la puerta interna del cuarto de baño que da al otro único espacio pulcro del departamento, el cuarto de su hijo.

Todo esta en orden, justo como lo dejó, cuando el que aquí pasara las noches resultará en un problema y un riesgo.

En el pequeño y colorido buró esta todavía el retrato de una familia feliz que ya no es más que una lista de asistencia incompleta. Imágenes de un grupo qué dejara de existir hace unos años ya.

Cómo todo llegó hasta este punto es un misterio para J. Todo paso tan rápido, primero ella, tan radiante y cálida cual fuego y así como el mismo, se extinguió con los vientos de la desgracia e impotencia.

La noticia llegó antes para ella, mientras J. movía sus pies impaciente en la sala de espera, ella de camino a encontrarlo recibió la llamada y sin pensarlo dos veces piso el acelerador a fondo y antes de la última curva soltó el volante, la muerte llegó indolora, pronto no estaría sola, pronto podría ser feliz.

J. vió el evento unos minutos después en la televisión, los pedazos de metal retorcidos dejaban poco a la imaginación y antes de que terminará de pensar en cuan horrible el accidente era la reportera anuncio el nombre de su esposa y sin poder procesar lo sucedido la espera terminó.

El doctor salió a darle el pronóstico, los tratamientos eran inútiles y un trasplante, debido a la debilidad del paciente, no era más una opción, era cuestión de tiempo, lo único por hacer para los médicos, mantener al pequeño libre de dolor.

"Es el momento" pensó J. dejando el retrato en su lugar, terminó de beber el contenido de la botella diciendo "ya a nadie le sirve este hígado, mejor ponerlo a trabajar". Vacía la botella J. simplemente la soltó y con un sonido agudo, el cristal cedió ante la rigidez del suelo estallando en una lluvia de fragmentos verdes.

Colocó la Beretta entre su espalda y el cinturón antes de subir a su vehículo. Manejó con prudencia el camino que conocía perfectamente, no necesitó poner atención a nada más qué a su tarea, su mente se encargó dé llevarlo hasta su destino.

Ya ahí solo unas puertas se interponian entre él y su decisión final...

La recepcionista se sorprendió de verlo, era un horario poco usual, pero no objeto en dejarlo pasar.

Llamo a la puerta de la habitación marcada con el número treinta y dos y S. la enfermera en turno, al ver a J. abandono el cuarto.

El pequeño estaba despierto, su cuerpo abatido por los tratamientos no pudo ocultar la alegría de ver a su padre y con el mayor de los esfuerzos extendió los brazos, abrazó a su padre y sonrió por primera vez en mucho tiempo.

La recepcionista y S. la enfermera corrieron al escuchar los disparos, no sin antes activar el sistema de alarma, al llegar a la habitación encontraron a J. con el pequeño muerto en su regazo y a él llorando y con la pistola en la sien.

Entre saliva y sollozos dijo: "desde qué ella murió él me lo pidió, le jure que lo haría cuando estuviera listo, que Dios me perdone"...

Y así tirando del gatillo término con su vida...

El arma asesina esta en una bolsa como evidencia de un suicidio y un homicidio... yo creo qué esa arma que al fin se disparó, no mató a nadie que no estuviera muerto ya...


martes, 19 de junio de 2012

Relato de un Final

El último pedazo de leña se consumía, el bailante círculo de luz que antes generosamente otorgaba, apenas y lograba llegar al mentón de mi cara. El final esta aquí...

En las sombras se desplazan las criaturas que desde hace un par de días sabían ya mi destino.

No sé que son ó cuantos; pero entiendo su impaciencia, tan solo unas semanas atrás el impaciente era yo esperando el asqueroso café que pedí en aquella parada a un costado de la carretera.

Daría mi Reino por beber algo caliente esta noche... Hace mas de dos días qué no encuentro agua y ahora me pongo a pensar en algo caliente?

Podría pensar uno qué al venir al bosque habría que beber, el anciano a la entrada del parque habló del daño al ecosistema y todas esas patrañas que inventan esos hippies sin que hacer. Tal vez tienen razón; pero que importa ya, si de nuevo veo el sol los visitaré en el decadente San Francisco, "bah!" tal vez morir no es tan mala idea ya...

Es sorprendente cuán rápido todo puede irse al infierno, una vuelta equivocada en la vereda errónea y de pronto estas a kilómetros y kilómetros de cualquier forma de civilización.

La navaja con la que vine esta en el estómago de algún pez qué a su vez estará en el estómago de algún animal más grande. Mis fósforos se fueron con mis cigarrillos hace ya varios días y ni hablar del resto de mi equipo, todos arrastrados por la tormenta que las estúpida "madre naturaleza" me "regaló" apenas inicié mi viaje... "aahggr!" sí tan sólo no hubiera perdido mi tiempo buscando a dónde fueron a dar no estaría esperando el momento en que ésas bestias decidan qué aún tibio tendré mejor sabor...

Pero da lo mismo ahora, querías estar sólo no? Aquí lo tienes, sólo sin nadie a quien decirle adiós, más qué éste ridículo trozo de papel donde escribo estos últimos momentos de mi ahora patética existencia...

El fin esta aquí... sus ojos son ámbar su pelaje plata pura... detrás de él otros cuatro o cinco más... no parece tan mal fin...

Ya no hay más qué humo, escucho sus pisadas, firmes, cuánto más podré escribir?

Se acercan, me rodean, ahora puedo olerlos, muerte silenciosa, estoy listo, ven a mí ...

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Esa mañana sonó la puerta y en mi corazón supe de qué se trataba, nadie nunca toca a mi puerta.

En la entrada el oficial descubrió su cabeza y con el semblante de alguien habituado a dar malas noticias extendió su mano y con un gesto amable me entregó un papel, "lo único que quedó dé su esposo" dijo, tomando el pedazo teñido de ocre lo lleve a mi pecho y sin decir más cerré el portal.

En mí cara se dibujó una sonrisa, libre al fin...

Abro la puerta trasera y llamo a mis hijos, con un agudo silbido basta y corriendo hacia mí seis majestuosos lobos atienden mi llamado...

"Hey Argento!" Le digo al líder de los seis, "mami dijo que no dejaran nada you silly silly beast"...


lunes, 18 de junio de 2012

Vigilia

Despierto una vez más, a mi alrededor todos aún duermen, la pequeña grieta entre la ventana y el resto del muro deja pasar el fresco aroma de la lluvia, lluvia qué, hasta hace unos minutos, todavía mojaba los pastos del modesto parque que mi tío mando a restaurar para nosotros.

Esa pequeña grieta de una forma tan sutil me hace pensar en todas las cosas que uno puede enmendar sin arreglar algo en verdad.

Detrás mío el suspiro de mi hermano menor me trae de vuelta a su tiempo. Por qué estoy despierto? No fue en esta ocasión uno de esos sueños, sueños ladrones del mismo, no era hambre, frío ó dolor alguno. Simplemente no tenía sueño.

Cuando se es niño, al menos en mis días, era inusual ser poseedor de un reloj y los aparatos electrónicos de la época carecían de algún modo para medir el tiempo...

Me levanto del delgado colchón que era mi cama esa noche y observo por aquella ventana al cielo buscando cualquier referencia que indicara la hora de mi despertar.

No hay estrella o Luna a la vista pero mi cuerpo me dice que el amanecer está próximo.

Sé que no estoy en mi casa y por eso llevo puestas las mismas ropas del día anterior.

Somos cinco esa noche en el improvisado dormitorio, los otros cuatro muy dormidos no se percatan de mi vigilia, de mi invasión a la paz de sus sueños.

Vuelvo a ver por la ventana mientras un automóvil en su transitar, desplaza con sus llantas el agua del asfalto. Gente hacia sus trabajos, pienso. El despertar de todos no debe tardar...

Una vez, dos veces parpadeo, protejo su dormir, dos mis hermanos, dos más mis primos, tres, cuatro veces parpadeo y el descanso vuelve a mí, aún es madrugada y el Sol no va a salir.

Otra vez despierto; pero ahora estoy aquí y como aquella noche en vela soy el único sin dormir, la idea es la misma que en esa noche lejana, noche de mi infancia en que por cuidar el sueño de los míos, contento el mío perdí.

Tras tantos años hoy lo entiendo, tres y casi cuatro hoy veo junto a mí, una es mi esposa, dos son ya mis hijos y un tercero por venir.

Cuantas noches a mí padre le vi perder, cuantas tantas de ellas las regalo sin pensar, qué es una noche en vela cuando es por los tuyos cuidar...
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Gracias Papá, que aunque el tiempo nos separó, la distancia nos unió.

Te amo Padre mío, tu hijo...
Silent Crow.


sábado, 16 de junio de 2012

Calles color Naranja

Vacíos mis bolsillos, vacío mi estómago.

La humedad de la noche me acompaña, desoladas las calles color naranja repiten el sonido de mis pasos.

Hoy no habrá cena alguna, ni una cama a donde huir.

Solitario y hambriento como yo, deambula un perro sin rumbo y sin parar, lo sigo con un ojo y con otro cuido de mi espalda.

Parece burlarse de mi, no por ser mejor, si no porque le recuerdo mejores tiempos.

Es tarde para el ave de la mañana, es temprano para el vuelo de las lechuzas. Para mi es igual, todavía no puedo volver a casa, no hay tiempo para caminar y llegar al alba y ya es muy tarde para el tren tomar.

Resignado, abrazo mi desgracia y sonrío al viento, nadie escucha mi risa, nadie oye mi llorar.

Una firme banca será mi cama y mis ropas mi cobija. Esperando la mañana en medio de la plaza.

Increíble el silencio que aquí de noche abunda, parece muerta la ciudad y bajo el fulgor de las luces color naranja, pienso en tu espalda, pienso en tus caricias.

Incierto es mi dormir, errático mi soñar, rostros y números invaden mi mente y tus recuerdos aún más. No sé si llegue a mañana; pero el miedo no es más, el cansancio sobrepasa el eterno instinto de luchar.

Abro los ojos, aún estoy aquí, con los mismos zapatos rotos, con todo en mi mandil, las monedas que me quedan no suman más de diez no hay forma que estas me lleven hasta ti.

Decidido emprendo mi camino cuando apenas despunta el alba, la ciudad se convulsiona cual bestia al revivir y para mi es hora de regresar.

Las calles ya no son naranjas, ni mi vida es tan gris, al menos eso digo mientras espero en el andén de aquella enorme máquina que en la noche me verá volver.


viernes, 15 de junio de 2012

Bienvenida

Hola mis queridos Lectores.

Escribir siempre ha sido parte importante de mi vida y en ella encontré mi primera voz y el primer espacio en donde vaciar mis ideas.

La primera palabra que escribí fue "mosca"; ¿por qué razón? No tengo la menor idea, casualidad probablemente. El caso es que, a partir de ese día jamás deje de hacerlo.

Escribí para enamorar y para herir, para explicar y para escapar de la razón, para purgar mis memorias y alimentar mis pesadillas.

Hoy los invito a leerme, cuando sus días lo permitan, cuando sus mentes los dejen.

Que van a encontrar aquí? En verdad no lo sé. Será una ventana a La Psiquis del Psicópata Pacífico.

Les doy la bienvenida a este espacio y espero que ninguno de mi otros yo, me impida seguir escribiendo para ustedes y para mí, en este su blog.

Gracias.

Oscar Lara.