martes, 2 de octubre de 2012

Chak, el pequeño Gran Jaguar.


En algún lugar de la jungla nacía nuestro inusual héroe, era un espacio abierto, de los pocos en los cuales se puede ver el cielo desde el piso de la selva. Aquí fue cuando Chak vio por vez primera el mundo.
Siendo el cuarto en nacer, su familia nunca tuvo muchas esperanzas en él, no todos los días una mamá Jaguar tiene cuatro cachorritos y Chak parecía ser muy pequeño y raro como para heredar el Reino del Jaguar.

Chak era chiquito; pero esa no era su principal diferencia, él en lugar de tener pelo dorado con manchas negras, tenía ¡pelo negro con manchas doradas!

Los primeros días de vida de Chak los hubiera pasado muy solito, de no haber sido por Zambo, su mejor amigo. Zambo era un Mono Aullador, que también tenia cosas diferentes, como caminar casi siempre en dos patas y preferir hablar en voz baja que andar gritando; pero su familia siempre lo apoyó y le hizo saber que aunque distinto sería querido y especial.

Las cosas eran muy diferentes en la vida de Chak, ninguno de sus hermanos quería jugar con él, cuando había que hacer equipos, lo escogían al último y siempre se reían de él por su pelo “invertido” y lo chiquito que era a su edad.

Chak no entendía cual era el problema, “si tengo cuatro patas, cola, colmillos, orejas, soy dorado y negro” decía, “¿Por qué dicen que soy diferente a los demás?”

Y la verdad es que sí lo era, Chak tenía habilidades que lo hacían especial, él podía lograr cosas que solo Jaguares legendarios podían, como saltar casi tan alto como un pájaro vuela y tener compasión por todas las criaturas.

Los días de Zambo y Chak eran bastante aburridos, estos pasaban entre hacer tareas, ir a la escuela y el ocasional viaje a la choza de un Medico Quetzal para recoger las medicinas de los demás.
El resto del tiempo jugaban y soñaban que eran grandes exploradores, guerreros invencibles ó sabios capaces de cambiar al mundo; pero también algunas veces debían esconderse de las molestias de los demás Jaguares que siempre buscaban hacerlos sentir mal.

Chak no entendía por qué perdían el tiempo en cosas tan feas como molestarlos, no podía ver el punto, cuando él, lograba más mostrando respeto y una sonrisa sincera.

El tiempo pasó y el otoño había llegado, no que haya mucha diferencia en la verde selva, solo que las lluvias del verano terminaron y ahora tenían más tiempo para divertirse explorando y jugando.
Jugar a ser aventureros era algo que Zambo y Chak hacían muy seguido. Tan concentrados estaban un día, que no se percataron que tan lejos estaban del área de juegos, hasta que una voz que parecía muchas voces les dijo: 

-Niños, no avancen más, vuelvan a casa, no salgan de la Jungla, es peligroso, vuelvan con sus madres y hermanos, a ser felices... –pero Chak interrumpió:

-Felices, dices, voz misteriosa; el volver a casa no nos hará más felices

-Pequeño Chak –contesto la voz -haz caso de alguien que ha vivido mas que tú, respeta a tus mayores, no por viejos si no por sabios. –dijo, bajando de los arboles.

La voz era de Yaaxy el Medico Quetzal, si nunca has visto un Quetzal, imagínate un ave color verde; pero ahora agrega destellos de todos los colores del arcoíris y dorado y plata bajo el sol. Yaaxy tenía dos plumas muy largas en su cola y una bella cresta de plumas amarillas, su pecho cubierto por cientos de plumas color rojo carmesí.

Pero su mirada no era tan alegre como sus colores, los Quetzales viven muchos años  y Yaaxy ya había vivido más que nadie de su especie. Esto lo había hecho sabio, solitario y rudo; pero compasivo y deseoso de enseñar. Lastima que muchos jóvenes no quieran escuchar a sus mayores, tienen tantas historias que contar, que podríamos escribir millones de cuentos como éste que lees ahora; pero volviendo a la historia…

Chak pregunto por qué no debían seguir, no para desobedecer; pero como sabrás bien los gatos son muy curiosos. A esto Yaaxy le contesto que salir de la jungla no es un juego y que solo los que están dispuestos a grandes retos deberían intentarlo, con la única intención de crecer en el interior. Les contó que en lugares lejanos hay muchos animales, muchas costumbres diferentes y que a veces es mejor quedarse en casa y en paz.

Chak pensó que a ellos nunca les había ido bien en casa y que sería bueno viajar y conocer criaturas y lugares diferentes, como “La Tierra de los Valles y las Montañas”.

Pero su miedo era mas grande, no quería abandonar la seguridad de la Jungla y pensaba que igual en otros lugares también se burlarían de ellos.

Yaaxy viendo en Chak su dilema, les dijo: “pequeños niños, ustedes nunca me habían visto; pero yo siempre los he ayudado, con medicinas, cuidados y sabiduría. Ahora pienso que tal vez, si están preparados, es el momento de que ustedes me ayuden. Si están dispuestos y su valor es suficiente, podrían venir conmigo a conseguir ‘El Agua de los Ancestros’ en un viaje a tierras lejanas y desconocidas”.

El Agua de los Ancestros, les explicó, es un liquido mágico que puede conceder el deseo mas profundo de tu corazón, seguramente estas pensando que pedirías Tú; pero debes saber, como en ese momento Chak y Zambo descubrieron, que el Agua de los Ancestros no concede deseos materiales y no hace realidad nada por lo que no estés dispuesto a dar tu mayor esfuerzo.

A los dos amigos esto les emocionó, Chak se imaginó siendo el Jaguar más grande, fuerte y confiable.  Zambo se veía enseñando cosas importantes sobre la vida y el mundo a todos en la Jungla. Tan emocionados estaban que no se dieron cuenta que sus patitas ya habían decidido avanzar cientos de metros fuera de su hogar con Yaaxy riendo y volando sobre sus cabezas.

Pasaron días viajando y las sorpresas seguían apareciendo, conocieron ciudades grandes y chicas, unos monos sin pelo que los alimentaron, otros que trataron de capturarlos; pero la mayoría los veía con una mezcla de temor y asombro.

Una tarde mientras transcurría su viaje, el anciano Yaaxy parecía mas cansado de lo normal, en días anteriores se le había notado triste, sus plumas habían perdido brillo y su canto no era tan hermoso por las mañanas. En varias ocasiones tanto Chak como Zambo, preguntaron si necesitaba algo, si quería volver y dejar todo atrás, pero Yaaxy siendo medico, solo volaba y juntaba unas cuantas plantas y semillas, las cuales comía y decía sentirse mejor. Sin embargo, en esta ocasión ninguna medicina parecía ser suficiente para levantar su espíritu.

Preocupados decidieron cargar al Medico Quetzal hasta algún lugar seguro y buscar ayuda; pero Yaaxy se los impidió…

-Niños, no se molesten. –Les dijo Yaaxy agotado –no hay ayuda para mí, no hay medicina suficiente, es hora de viajar al cielo eterno del cual no se puede regresar.

Chak no entendía nada; pero su guía y maestro de muchos días continuó.

-Durante todo este viaje he tratado de ser su maestro y protector, pero en verdad se han convertido en mi mas amable compañía, la mejor que he tenido, sin darme cuenta se volvieron lo más importante para mí –les dijo con débil voz…

-Ustedes recuperaron algo que pensé estaba perdido para siempre, mi confianza en los demás y la emoción de una última gran aventura. Ahora, antes de partir, quiero pedirles que sigan su camino, que no desistan, avancen, corran hacía la Tierra de los Valles y las Montañas, busquen el santuario protegido y obtengan el Agua de los Ancestros, no se rindan, cumplan todos sus sueños y cuando lo hagan, vuelvan y pasen lo aprendido a todo aquel que quiera escucharlos… adiós, niños míos, el camino será difícil; pero sé que podrán lograrlo… hasta siempre… los… quiero…

Y tras decir esto Yaaxy dejo salir un pequeño silbido, cerró los ojos y no despertó nunca más.
A Chak y Zambo los invadió la tristeza más grande que se puedan imaginar, no querían comer, levantarse, ni mucho menos continuar con su viaje; pero el recuerdo de las ultimas palabras del Quetzal resonaron mas fuerte en su interior y con mucho esfuerzo siguieron de nuevo su camino.

Pasaron varias semanas de caminar con tristeza y en silencio, hasta que llegaron a un gran Valle, rodeado por montañas altas de picos nevados y bosques de pinos. El clima era frio, parecía que el invierno estaba por llegar, aunque ninguno de ellos había vivido uno,  tanto tiempo así habían estado viajando en busca del Agua de los Ancestros.

Esa mañana llegaron a un edificio antiguo, tan antiguo como muchas de las piedras con dibujos que se asoman en la Jungla de donde venían.

Fue así como supieron que estaban cerca de cumplir todos sus deseos…

Recordemos que el Agua de los Ancestros no concede ningún deseo por el cual no estés dispuesto a dar tu mayor esfuerzo y ellos no eran los únicos buscando este tesoro.

A la entrada del santuario estaban los animales mas extraños que ninguno de ellos hubiese visto, de lejos parecían ser perros; pero ninguno de ellos tenía pelo, salvo uno, el más grande y temible tenia solo un manojo de pelos blancos sobre su frente.

Al ver a nuestros héroes, este perro de nombre Chemo gritó: “Banda de los Xolos ¡Firmes!” e inmediatamente todos los perros voltearon y empezaron a ladrar y enseñar sus colmillos. Chak dejo salir un nervioso rugido; pero decidido, avanzó hacia la jauría.

Ya frente a ellos Chemo a la cabeza del grupo se acercó amenazante… Para su sorpresa, cuando abrió la boca salió una voz calmada, noble y amable. Chak y Zambo tratando de recordar lo temibles que les había parecido al principio y sin reírse comenzaron a contarles de su viaje y como habían perdido casi toda la esperanza con la partida de Yaaxy.

Chemo y su banda de los Xolos les contaron el porqué de su presencia. Empezó diciendo que al ser “pelones”, eran rechazados por todos los perros. Que su grupo sabía que en el pasado se les consideraba grandes animales y tenían un lugar privilegiado; pero ahora eran vistos como perros “feos”.

Continuó diciéndoles que estaban en el santuario para recuperar su gloria, que solo bastaba con ver las pinturas del templo, para darse cuenta del orgullo de sus antepasados y que las diferencias que eran para algunos una carga, para ellos era el motivo que los hacía tan inigualables. Dueños de la tierra de sus antepasados y fieles protectores de su tesoro, el Agua de los Ancestros.

Chemo bajo la cabeza por un rato como pensando y con un chasquido de su hocico indico a su grupo que los dejara pasar. Chemo decidió que Chak había pasado la prueba, demostrando el valor suficiente para luchar por sus sueños al continuar con su viaje, aun después de perder a alguien tan importante para él, el líder de los Xolos creyó firmemente que el par de amigos merecían el Agua de los Ancestros.

Así con el permiso de sus guardianes entraron al santuario y ahí tras pasar varios pasillos, llegaron a una recamara con muchas y muy hermosas pinturas que mostraban Águilas, Serpientes, Xoloitzcuintles (perros como Chemo) y Jaguares.

En el centro de la recamara un pedestal tenia en su tope una vasija de barro negro y en su interior su recompensa, el preciado, codiciado y mágico… vacío.

-¿Vacío?  -dijo Zambo – ¿es que se la han llevado toda? –continuo con sorpresa y decepción; pero antes que pudiera decir algo más, apareció Chemo por un pasaje secreto y les explicó que el Agua de los Ancestros era una leyenda, creada como un premio misterioso para que aquel que estuviera dispuesto a luchar con fuerza por lo que desea y mientras la buscaran, lograran alcanzar  sus sueños.

Tal como Chak hizo durante todo el viaje, probando que esta lleno de fuerza, valor y confianza, que era todo lo que soñaba ser; pero sobre todo aceptación por lo que lo hace único, aunque sea un Jaguar como todos los demás.

Nuestro confundido héroe guardo silencio y después de un tiempo de estarlo pensando,  entendió todo, Yaaxy nunca les mintió, todo se los dijo desde un principio, el Agua de los Ancestros no concede ningún deseo por el cual no estuvieses dispuesto a darlo todo, sus sueños de ser grandes guerreros, exploradores y sabios se cumplieron durante el viaje a la Tierra de los Valles y las Montañas.

Chemo les dijo que tenía un regalo más para ellos antes de que volvieran a su hogar, les dio algo precioso, un “Consejo”, Tú sabes que es un consejo ¿verdad?; pero Chak nunca había oído uno y lo escucho con toda su atención. Chemo les dijo que a su regreso tuvieran mucho más cuidado, que al entrar el invierno, surgen muchos peligros, animales hambrientos pueden verse tentados a hacer daño para sobrevivir y que siempre tuvieran la mirada al frente, otra atrás y una al cielo…

Chemo tenía razón, los animales tenían hambre, otros estaban en sus madrigueras y no saldrían hasta la próxima primavera, muchas aves volaban frenéticas hacia el sur, parando solo para descansar un poco y tener fuerza para cazar a sus presas.

Y el consejo les fue útil casi de inmediato pues al salir del santuario la banda de los Xolos estaba siendo atacada por una Halcón Peregrino,  Xica, era su nombre y se le veía tan hambrienta que estaba dispuesta a enfrentarse con una jauría tan grande como la de los Xolos.

De pronto cayendo tan rápida y fría como granizo en una tormenta, Xica tomo con sus garras al más pequeño y desprevenido del grupo, abriendo sus alas al máximo comenzó a aletear y elevarse pensando que la cena estaba servida; pero al instante, un destello de negro y dorado le arrebato al cachorro de sus mortales garras ¡Era Chak! Que pegando el salto más alto de su vida logro salvarlo. Ya en el suelo Chemo impuso el orden y los demás perros tomaron formaciones defensivas ante los constantes ataques de Xica, que no podía rendirse para conseguir su comida.

El Jaguar saltaba de un lado al otro cuidando a todos, Zambo gritaba como loco y aventaba piedras y los Xolos lanzaban mordidas feroces cada que Xica intentaba tomar a uno de ellos…

La lucha parecía no tener fin hasta que el viento trajo consigo el canto de una ave, eran como muchas voces al mismo tiempo, un coro celestial y a la distancia Chak y Zambo vieron la silueta de su querido Maestro Yaaxy.

El canto desconcertó tanto a la Halcón, haciéndola creer que había refuerzos desde el aire que mejor decidió huir. Justo cuando se fue, Chak busco en el cielo a su amigo; pero no pudo ver a nadie, el canto había terminado, volteo a ver a Zambo y no necesitó decirle nada, los dos sabían que desde el cielo alguien siempre los cuidaría.

Tras lo ocurrido y ya en calma, empezaron a despedirse de todos en el Santuario, Chak y Zambo regresaron a la Jungla donde contaron todo su viaje, les explicaron a todos que aunque hay diferencias, al final, todos somos parte de un mismo mundo y que todos al ser iguales por dentro, tenemos derecho a ser felices, que las costumbres no son malas, sino parte importante de lo que es un grupo inigualable y orgulloso de sus tradiciones.

Les enseñaron que no se necesita magia para alcanzar los más grandes sueños, solo mucho esfuerzo y dedicación, que todo es posible si tienes el valor de intentarlo y que no se necesita cambiar lo que uno es, para ser querido y respetado por los demás.

Las demás criaturas se dieron cuenta que Chak a pesar de su edad, se había convertido en un Jaguar sabio y valeroso, tal como los Jaguares legendarios en las piedras antiguas y a partir de ese día se convirtió en un ejemplo y líder para todos.

Así es como yo me aprendí su historia, Chak se volvió tan importante, que nuevas piedras se hicieron contando su vida; pero lo importante no es saberse el cuento si no aprender de el… Y dime… ¿Qué aprendiste Tú?...

FIN


1 comentario:

  1. Ya se que esta largo y que no cae dentro de mis temas habituales; pero lo escribí para un concurso (que no gané) así que se los dejo para que lo disfruten, espero les guste y espero les guste aun más a los peques de sus casas =)

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